¿Qué mejor manera para una chica de recibir un masaje caliente que agarrar la polla del masajista? Sólo para tomarla en su boca. Y no pasa mucho tiempo entre estas dos acciones. Porque las hábiles manos del masajista encienden a la hembra que hay en ella, dispuesta allí mismo, sobre la mesa, a copular con él. Sólo un orgasmo y un chorro de semen pueden apagar este fuego. Y parece que el tipo lo consiguió: se corrió dentro de su vagina.
A muchas chicas no les importaría recibir ese tipo de atención médica. Pero simplemente no conocen a esos médicos, y les da demasiada vergüenza pedir que se añada a su historial médico. Fíjate en el fervor con el que la tratan en el minuto 9 del vídeo, hasta deseé haber ido yo a la facultad de medicina.